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Si bien exportar es un proceso que requiere de inversión, empleo de recursos, gestión y planificación, son muchos los beneficios aparejados con esta actividad:

  • Crecimiento. Gran oportunidad para la expansión y el crecimiento de cualquier empresa, siendo sinónimo de nuevas ventas y clientes.
  • Aumento del prestigio empresarial. Potencia la imagen que proveedores, bancos, instituciones y clientes tienen de una compañía.
  • Diversificación de riesgos. En caso de recesiones o crisis en el mercado interno, la firma exportadora se encuentra en una mejor posición respecto de sus pares enfocados únicamente al escenario local.
  • Reducción de la capacidad ociosa. La exportación promueve el aprovechamiento de recursos y materiales a la hora de la producción. En un plano internacional, el proceso productivo suele llevarse a cabo con decisiones mucho más eficaces, ya que cualquier ventaja debe aprovecharse al máximo.
  • Reducción o eliminación de los desniveles estacionales de la demanda interna. Para que determinados tipos de productos no generen pérdidas es posible ubicar los mismos en mercados que justamente por la estacionalidad se consuman en contra estación en otros lugares del mundo.
  • La exportación mejora las capacidades de la empresa. Al competir a nivel global y de esta manera comercializar productos con mayor visibilidad y presencia en los mercados externos, la consecuencia natural de la actividad exportadora es la mejora del producto y de los procesos internos dadas las exigencias, que en ese sentido, imponen los mercados internacionales.

Para que una empresa esté habilitada legalmente para exportar debe inscribirse como exportador/importador en el Registro de Operadores de Comercio Exterior de la AFIP. Este registro se tramita por única vez y le permite a la empresa operar como importador o exportador en todas las aduanas del país.

El hecho de que la empresa esté en condiciones de exportar, no implica que efectivamente pueda exportar sus productos. Esto se debe a que la Aduana tiene determinados requisitos para las empresas, y otros tantos para los productos. En otras palabras, estar inscripto en la Aduana autoriza a exportar, pero no autoriza a que la producción sea exportada.

Para poder ser comercializados en el exterior, la mayoría de los productos requieren la intervención previa de organismos oficiales que acrediten su calidad, sanidad y a la vez autoricen su exportación. De acuerdo al sector de su empresa, dichas instituciones son quienes emiten los certificados requeridos por la Aduana para permitir la exportación de una mercadería y, en muchos casos, solicitados por la autoridad competente en el exterior para permitir el ingreso de la misma.

En líneas generales, los organismos que intervienen en una exportación según el producto a ser exportado son:

  • Alimentos para consumo humano: Instituto Nacional de Alimentos (INAL)
  • Productos, subproductos y derivados de origen animal y vegetal: Servicio Nacional de Sanidad Animal (SENASA)
  • Vinos: Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV)
  • Medicamentos o productos destinados a la salud humana: Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT)
  • Estupefacientes y psicotrópicos: Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR)
  • Flora y Fauna: Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable

Aconsejamos dirigirse al sector correspondiente para que podamos guiarlo en esta etapa del proceso exportador.

Debajo encontrará nuestros correos electrónicos de contacto:

  • MÉTODO DIRECTO En este caso la empresa se hace cargo de toda la operatoria de exportación. Esto implica desde buscar y conseguir el cliente, negociar la cantidad, características y precio del producto, hasta acordar los plazos y medios de entrega, y fijar las formas de pago. Esta modalidad supone que la empresa sea la que coordine con el despachante de aduana, contrate la logística interna (y la internacional si corresponde), asegure la mercadería para tránsito local e internacional, etc.
  • MÉTODO INDIRECTO Habiendo acordado la parte comercial del negocio (cantidad, calidad, precio, entrega y cobro), la empresa puede delegar la operatoria en un agente, estudio u otra persona jurídica, que se haga cargo de la parte logística y aduanera, cargando este servicio al precio final de la exportación. En este caso la empresa no compromete tantos recursos al proceso exportador -ni humanos ni financieros-, lo que implica un menor riesgo que exportando de manera directa. Sin embargo, hay que considerar que incluir a un tercero eleva el costo de la operación. ProMendoza recomienda que la empresa se involucre siempre tanto en la operatoria como en la comercialización, ya que solo así obtendrá los mejores precios internacionales y ganará experiencia exportadora. Por supuesto, no todas las empresas tienen la infraestructura ni los recursos humanos necesarios para operar de manera directa desde un principio. En el caso de que la empresa productora no se involucre en la negociación comercial ni en la operatoria aduanera (muy frecuente cuando se opera a través de una trading o empresa exportadora), esto no se considera como una exportación sino como una venta en mercado interno. Esta manera de operar no debe ser vista como algo negativo sino por el contrario, como el punto de partida para que la empresa comience a exportar. En la práctica, estas ventas en el mercado interno denotan que la calidad del producto es exportable y su precio es competitivo. La desventaja de trabajar de este modo es que el productor no tiene contacto alguno con el importador, ni control sobre los beneficios de la exportación. Tampoco gana experiencia exportadora, por lo tanto no logra capitalizar al máximo su producto.
  • MÉTODO ASOCIATIVO Existe una tercera opción que es la exportación asociada través de un consorcio. Un consorcio exportador es esencialmente un grupo de empresas, coordinadas por un especialista, que trabajan en conjunto para obtener una inserción dinámica y una presencia constante en los mercados internacionales, aumentando la potencialidad de la oferta y reduciendo los costos de los distintos procesos de exportación. Para muchas pymes, desarrollar y mantener una estrategia de exportación no resulta sencillo. Así, unirse con firmas del mismo sector se convierte en una solución que les permite llegar y permanecer en los demandantes mercados exteriores. En el caso del grupo exportador, las gestiones comerciales las encara de manera directa el consorcio, sea a través del coordinador o de las empresas; mientras que las gestiones operativas pueden ser realizadas de manera directa o indirecta según la conveniencia.